Después de mi último escrito, han pasado tantas cosas que
quisiera contarles, pero sobre todo quisiera comprenderlas, porque no hay nada
mejor que entender lo que te sucede antes de que otros individuos decidan darte
su opinión. Me habían operado de la nariz por una obstrucción que presentaba al
respirar y me sentía ansioso, con miedo y hasta intimidado, pues era la primera
vez que se atrevían a hacer un procedimiento tan arriesgado para el estado de
salud que solía mantener. Pero, y claro que estoy bien, sino, estaría posiblemente
pensando en adverbios y adjetivos adecuados para trasmitirles mi estados con
una claridad cristalina. Sin embargo, empecemos desde el principio:
El lunes antes de la operación, con nostalgia y alegría en
conjunto, les contaba a todos sobre mi proceso quirúrgico y claro, por educación,
decencia o porque realmente les importaba lo cual, aun no sé, todos desearon
que me fuera bien. Aunque me sentía un poco culpable por acelerar el proceso,
pero era tiempo de huir de allí y no volver atrás por algunos días y adicional
a eso una parte de mi quería vengarse de mi compañera por todos los tratos
dobles que manejaba o está fuera de mi conocimiento si aún se comporta de esa
forma hipócrita conmigo, pues era cristiana, adulta y con sentido de juventud y
eso la hizo pensar que yo sería posiblemente un rival en su carrera en la compañía,
pero no sabía qué tipo de carrera quería. Pues bien, ella fue conmigo hipócrita,
cruel, fría, insensible, dura y hasta puedo decir mala sin creer que me estoy yendo
por la tangente pero después de demostrar que yo era alguien más blando pero también
más fuerte, creo que ya no mantiene tal defensa en contra mía, aunque si era
importante devolver el golpe de manera no intencional, algo que le dijera que
fue la vida y no, la intención humana. Su expresión de sorpresa tanto de voz
como de cara fue incomparable pero también lo tomo con la mayor tranquilidad
posible, para no afectar el estado de equilibrio que quería mantener para el
gran día y por supuesto del gran dolor, que les contare más adelante. Fue un día
muy duro pero también fue un día muy reconfortante, cuando fui al anestesiólogo
y elogiando mi traje elegante hablamos sobre los estilos y las personas de
color, se notaba que era racista, y aunque afirme con mi cabeza y con mi voz sus
pensamientos, yo no lo soy, pero no quería herir sus ideologías, por mi parte,
soy muy tolerante sin importar sexo, raza, posición socio económica y orientación
sexual, pero si era algo repelente con las personas que no lo eran, pues no
eran personas, en su criterio eran dioses. Algún día Ala o el Diablo les
mostrara lo contrario, por mi parte, dejo a los dos en el limbo y siempre los
he tratado con respeto, claro después que salí de la iglesia, historia que
recordare más adelante contarles. Llegue a la empresa, como una carne jugosa y
fresca, lista para cortar y acomodar, así que mis pensamientos y sentimientos
estaban concentrados en mis compañeros, amigos y por supuesto en él, quien no
me había llamado pero siempre dejaba un huella en visto que dolía ver. Mas sin
importar seguía el día y mientras más los minutos pasaban, estaba más ansioso y
con ganas de que el día no se acabase pero se acabó más rápido de lo que pensé,
y con gran tristeza a la ultima hora me despedí de todos y cada uno de ellos, recomendándoles
mi puesto y sobre todo mi compañera, era hora que sufriera pero no tanto. Así
que fui muy específico en recomendarles y también en que no la agobiaran tanto.
Finalmente me fui y la noche fue larga y caliente, sobre todo porque nunca me
llamo o escribió sin saber que lo necesitaba más que nunca, así fuese en
sentido figurado o en el sentido menos honesto posible.
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