En momentos como este, donde las personas desisten de ser
quienes son y terminan por dañar la única imagen inalterable que tenemos, se me
ocurre pensar: ¿Será que no hay nadie en esta comunidad que quiera
pelear por nuestras creencias, virtud y fe? Pues, Neru, un disque famoso actor
y bailarín decide ser heterosexual después de pasar mucho tiempo en un mundo
donde, creo en mis pensamientos fue su hogar durante algún tiempo, pues sin
faltar a su dignidad creo que no tiene crédito para determinar ninguna decisión,
he influenciar de esa forma tan fuerte. Bueno, lo muerto sobre el cementerio.
Hoy es un día donde el trabajo se paraliza para mí y es un momento donde mis
sentimientos están a flor de piel por el tiempo en libertad y donde no hay
nada, realmente nada serio que hacer. Esperaba unos minutos para hablar con esa
persona que me quita el suspiro con tal facilidad pero no se atreve ni siquiera
a llamarme, y aunque he aprendido a ser yo mismo y tomar mis decisiones, a
veces aparecen los inútiles consejos de personas que amó pero que nunca quise
escuchar o poner en práctica, porque así son ellos y así soy yo. En fin, estos
avisos que se ponen en mi cabeza rebotan en los labios de todo el mundo y
cuando pierdo la fe, también en los míos, y es que es fácil pensar que no está interesado
en mí y que no tiene ningún motivo para escuchar mi voz, aunque he durado
varios días llamando y escribiendo. Soy un intenso, eso me decía mientras lo
llamaba tantas veces, y como no pensarlo, era verdad. Por ello, intentaba hacer
cosas diferentes, pensar en mi cirugía, en los videos juegos pendientes, en la evaluación
que debía hacer, en mis amigos, en mis padres, en mis poemas y hasta en la música
que no dejaba de escuchar para callar mis fuertes pensamientos sobre esto. Pero
era inútil, en el silencio y la soledad de la noche, donde la compañía es un
buen coñac y sus caricias son una droga adictiva que me ponía en trance y me
obligaba a sacudir mis deseos de las formas más exóticas y censurables
posibles, pues era el único medio que tenía para justificar mi soltería y mis
ganas de no tener a nadie. Era visible, era palpable. Imaginar tenerlo cerca,
sus manos sobre mi cuerpo desnudo, su temperatura, su aliento, sus besos, sus
abrazos y la orgia de sueños entrelazado entre las sabanas y el colchón.
Tenerlo encima, debajo, al frente, al lado y de todas las maneras posibles.
Imaginar su vista, escuchar su voz y gemidos, su cuerpo sudoroso y la poca
distancia que tenía nuestra piel en esta fantasía me sometía a esta locura, a
esta visión, y no podía detenerla. Era tan delicioso, tan excitante, tan
fascinante. ¿Cómo decirle no? Pues este niño que muchos piensan que es un ángel,
termina siendo un súcubo en la cama, robando el alma, el corazón, la mente y la
palabra que aquellos que se cruzaban en su camino, en sus sueños, en su utopía.
Ahora, ¿me entiendes? Porque lo llamaba, lo buscaba, le escribía. Era mi fantasía
y terminaba siendo el acto más agradable que deseaba. Pero, si, hay un pero en
la historia y si no, para que escribirla, no tendría sentido. Él no estaba
interesado en mi más, pues lo que antes parecía un deseo reciproco, termino
como un solo capricho de un intenso y vacío sentimiento. Lo malo era que a
pesar que no puse mi corazón, si puse mi cabeza en ello y estaba terminando por
destrozarme mientras muy seguramente el estaría bien, sin ningún reproche, sin ningún
arrepentimiento o remordimiento y sentía ganas de devolverle lo mal que me
sentía, pero, ese no era yo. Haciendo un recuento y esperando ser claro con
todos ustedes aunque no es el inicio de mi historia, aquí comienzo a escribirla
y con paciencia y gratitud espero que les guste o les disguste de la misma
forma que pueden perder la cabeza o sacudir el polvo de las piezas que ahora se
consideran arte.
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